lunes, 30 de diciembre de 2013

Solo di que si.

Son las palabras las que no encuentran la voz.
Son los sentimientos que se esconden unos detrás de otros como si temieran ser expresados, los mas dañinos. Están ahí, atravesados, no quieren convertirse en su destino, forma de palabra que puede crear futuro. No quieren quedarse aquí en estas letras, dicen que son míos y dentro de mi se quedan. ¿Por qué el orgullo, por qué el miedo? ¿Por qué tantas mentiras habiendo conocido la traición, los suspiros, el arrepentimiento?

La voz que siempre calla acaba desnudando todos sus secretos.

Por verte sonreír he vuelto yo a perder.

Es esa sensación. Te falta algo, un vacío que no lo llena ni la nada. Lo más parecido que he encontrado, cuando ríes, tan agusto que no recuerdas la última vez que lo hiciste. Esa risa que parece eterna, que rellena los huecos, olvida los llantos. Tan completa, tan llena, y de repente se esfuma. Ya no hay más. Ese instante, pequeño, pequeñísimo, en el que aún estás sonriendo pero la risa se ha acabado y poco a poco los labios empiezan a pesarte. Ese momento en el que todavía no has abandonado la sonrisa pero está ahí convertida en los restos de una carcajada, y te sale un poco de aire, así como un suspiro. Es justo ahí. Eso mismo, eso es lo que siento.

lunes, 25 de noviembre de 2013

Un dia mas, un dia menos.

Por mas que quieras no se puede entregar un todo, la simple tarea de pensar nos abruma, como para pedir los trozos de pensamientos que se apagan y mueren sin dueño. Como para curarse las heridas uno solo, como para saber resolver las caidas que doblan el peso del desengaño, los años. Como para poder ver otros ojos, sentir otra piel, cambiar, crecer diferente. Como para ocultar otros daños, los daños de otro. Si ni siquiera hemos visto que hoy es nunca, si nos hemos perdido las primeras palabras de una ilusión que brota de dentro y que dejamos pasar como a ese todo que nunca se puede entregar, el que nunca seremos.


 Y nos damos cuenta ahora.

sábado, 14 de septiembre de 2013

Todo tiene la importancia que le queramos dar.

Un rayo no cae dos veces en el mismo lugar. No vuelvo a por segundas oportunidades, ya fuimos la diana en la que la vida desahogó sus flechas. Y acertó. Ya hemos aprendido cómo olvidar. ¿Estamos volviendo por el mismo camino o creemos hacerlo? ¿Estamos reinventando o copiando?

¿Te acuerdas? Soliamos venir aqui antes. Las personas se olvidan pero no lo que nos hicieron sentir. Yo todavia tengo vivo eso. Hay un truco, un secreto digamos. Siempre se tiene el derecho a volver a un lugar donde te olvidaste algo. Todos olvidamos algo en alguien. Sin embargo no todos vuelven. No todos tienen su despedida, hay quien vive con eso a por lo que nunca volvieron. Quizá sea un poco cruel.

Cada vez todo se vuelve mas raro. Creo que hemos empezado a vivir por nosotros mismos. Cada uno se mete en su casa  y siente porque en realidad siempre sentimos solos. Es eso lo que echo de menos. Sentir con alguien. Todo esta tan individualizado. Y entonces llegamos y escribimos tantas tonterias. O quizá dejemos de escribir. O quizá sea ésta una de esas cosas que se empiezan y nunca tienen fin. Que te enganchan y te mantienen cuerdo.

Se puede mirar mil veces y no ver. Y aquella vez mire como había hecho todos los días de mi vida. Pero esa vez vi algo nuevo, algo que no había visto antes pero que siempre había estado ahi. Cuando creemos conocer dejamos de buscar. Es así de simple y de triste y esa es la causa. La causa de muchas causas.

Entonces pensé. De repente todo era mas fácil.


viernes, 24 de mayo de 2013

Las dudas y las mitades que me han elegido.

Prometiste soportar mis días malos. Las dudas que me eligieron, el sabor de mis malos abrazos. El miedo al vacio que dejan mis manos. Todo acaba olvidándose, todo se va. ¿Sabes? Fuimos grandes durante un tiempo. Pero lo que mas me sorprenderá jamás es cuanto las personas son capaces de luchar por el pasado. Por no olvidar. Por aferrarse a algo cuando el presente ya no es suficiente. Como las personas se agarran unas a otras porque, una vez hace mucho tiempo, rieron juntas. Fueron felices. Se hicieron fuertes juntas, esperaron la caída. Como muchas veces seguimos al lado de alguien porque una vez significó algo, porque un día no quisimos perderlo. Como si ese día fuera todavía hoy. Como si solo hiciera falta una victoria.

viernes, 26 de abril de 2013

Solo tenemos un corazón y hay que hacerle caso.

Ni tan locos ni tan infelices, nunca  hasta entonces. Era felicidad a lo bestia, imparable. Bocados al aire,  Era énfasis en palabra, en cada acto irrespetuoso, en cada acto impuro. Robar chaquetas si hace frío. Todo es tuyo, cógelo. Violencia verbal al preguntar sabiendo la respuesta, vida. Vida. Maldita vida que nunca se cansa y que todo lo pierde. Que siempre se enfada, que a veces se siente. Matar flores y sacarlas de sus tiestos. Todo y todos nos acaban abandonando. Pero eso no podía ser la vida, no sólo eso. No un llanto agresivo ni risas a la nada. El dolor de consciencia no se calla ni con la droga de la primavera. Eso queríamos. Cuánto más se destruye más se puede construir, decíamos. Rompimos con todo, nos volvimos de repente locos. Ya pagaríamos, ya pensaríamos en nuestra siguiente vida.




Santa fe.

Ni siquiera octubre, incluso los pilares en los que nos apoyamos se han echo añicos. Toda la luz sale de las grietas. Nos hemos tenido que romper para darnos cuenta. Pero los besos sin pasión son en realidad los besos que se suman y que no se olvidan. Los que cuentan al final.

En algún momento llegó y al principio fue una sorpresa. No fue un amor loco, nadie se escapó de casa ni aterrizó en habitaciones ajenas, nadie discutió, nadie sufrió. Nadie se moría de amor. Había cartas, se había escrito para un año entero. Qué digo, para una vida. Sonrisas de domingo y no de fuego. No eran mariposas, eran polillas las que se comían los estómagos  y se vomitaba de color rosa en la calle de cualquier esquina. Se aprende muy rápido a amar por primera vez.  Pero el amor no los mataba. Y si no los mataba ellos se morían.


domingo, 14 de abril de 2013

Cuál de los dos tienes miedo de ser.

"Dicen que a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes amores; uno con el que te casas o vives para siempre, puede que el padre o la madre de tus hijos... esa persona con la que consigues la compenetración máxima para estar el resto de tu vida junto a ella...

Y dicen que hay un segundo gran amor, una persona que perderás siempre. Alguien con quien naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la química escapan de la razón y les impedirán, siempre, alcanzar un final feliz. Hasta que cierto día dejarán de intentarlo... se rendirán y buscarán a esa otra persona que acabarán encontrando.

Pero te aseguro que no pasarás una sola noche sin necesitar otro beso suyo o tan siquiera discutir una vez más... Te librarás de él o de ella, dejarás de sufrir, conseguirás encontrar la paz (le sustituirás por la calma), pero te aseguro que no pasará un día en que desees que estuviera aquí para perturbarlo. Porque a veces, se desprende más energía discutiendo con alguien a quien amas, que haciendo el amor con alguien a quien aprecias."

-Paulo Coelho


domingo, 17 de marzo de 2013

Quién no soy. De dónde no vengo. A dónde no voy.

Una vez que el frío te elige sólo hace falta un instante de duda, un sólo segundo de vulnerabilidad para que se quede. Y de eso nos sobra, porque nos hemos vuelto unos tristes. El suelo pide a gritos arrancarte la sombra y te quedas desnuda y sola. Y no paras de beberte la sangre y de drogarte con las vistas. Se van cayendo uno a uno tus pies de correr para no volverse a levantar nunca más. Y es con esos pies caídos con los que intentas rescatarte, pero eso no es lo que te salva. 

De repente alguien que te llama por tu nombre, el que habían robado las arañas de tu habitación a las que dejas vivir por pura piedad y por eso de que todos somos iguales. Y pruebas a escribir todo lo primero que se te ocurre porque solo necesitas sacar toda esta mierda de dentro de ti que nadie sabe que llevas, necesitas reciclarte por dentro porque el hijo de puta del invierno, por echar la culpa a alguien aunque admires sus heladas y sus desacuerdos, no ha dejado de verter su basura en ti y tú te has ido callando y callando, porque eres de las que todo lo permiten y todo lo perdonan. Y luego pasa esto, que no puedes parar de escribir mierda y más mierda y ni siquiera sabes por qué. Y ni lo que escribes tiene sentido. Ni es bonito ni quieres que lo sea, porque ya no escribes para nadie. Ni siquiera para ti. De eso hace mucho. 

Y ese nombre que un desconocido arroja como una piedra sobre ti te hace el daño que necesitabas, porque no sabes lo que significa. No sabes lo que significa ser tú. No sabes lo que significa la vida y mucho menos vivir. No sabes de paciencia, no sabes de principios, de reglas, no sabes de esfuerzo. No sabes de nada y sin embargo alguien todavía tiene ganas de decir tu nombre que nada significa y que todo lo oculta, porque por mucho que echemos arena sobre el vacío no conseguiremos desenterrar ningún tesoro. 
Y odias que te conozcan porque tú aún te desconoces.


martes, 12 de marzo de 2013

Como me recuerdas a mi.

Algo que está sin definir aún tiene la capacidad de ser cualquier cosa. Lo que existe primero fue imaginado. Las palabras existen y sin embargo no son nuestras hasta que no las pensamos. Pero tú y yo ya veníamos escritos desde antes, tal cual nos trajeron. Ya veníamos enfadados el uno con el otro, ya veníamos haciendo las paces, con las verdades tatuadas más que la piel. Ya veníamos oliendo a ruina y pasión. Pero veníamos, veníamos nosotros y seguíamos escribiendo.

Igual que Alicia sin ciudad.

Nacemos. Vivimos. Morimos. Fin, no habría más que hablar pero nada nunca nos parece suficiente. No vivimos, no dormimos, se nos olvida hasta respirar. Y de repente el tiempo se acaba y uno se encuentra con que no ha sabido demostrar todo para lo que estaba hecho, de que llevaba dentro mucho más de lo que ha dejado ver. Te das cuenta de que siempre te has quedado a solo un paso de conseguirlo, de que estabas a un palmo del cielo y que podías casi olerlo. Pero no te dio la gana y nadie te enseñó dónde parar.


El valor para marcharse, el miedo a llegar.

Las cosas buenas pueden llegar o no llegar, eso no es lo difícil. Lo difícil es que se queden. Siempre ha sido así, la suerte atribuida al azar y la vida, por consecuencia, también. Pero se trata más de la fuerza con que agarres lo que quieres, de que los mejores finales vienen de los peores comienzos. Quizá las sonrisas más frágiles no lo sean tanto. Quizá no sea tanto por la fragilidad sino por los ladrillos que llevamos atados a las comisuras de los labios.

A veces todo es tan delicado que el mismo soplo que aviva la hoguera es el mismo que puede apagarla.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Imposible.

¿Cómo la palabra, cómo un idioma grosero y mezquino,
insuficiente a veces para expresar las necesidades de la
materia, podrá servir de digno intérprete entre dos almas?


Imposible.
        -Bécquer-.

lunes, 4 de marzo de 2013

Éste es mi abismo.

Peor que la poesía que de cerca era prosa, 
ni las lunas que sólo sabían acompañar con el cuerpo. 
Lo mejor dicho, lo único y poco, era quedarse quieto (también con el cuerpo) 
esperando a que el frío nos arrancara la piel de un lengüetazo y que nos dejara ser él, 
que nos dejara ser al menos alguien durante la espera.



Sabíamos que éramos personas sustitutas, nos queríamos como la luna que abandona,
porque con el alma sólo sabíamos sangrar y herir. Y nunca dejamos de hacerlo. Igual que llegaban las noticias de nuestro abandono que avanzaba en silencio, como sólo los más traidores hacen, sabíamos que estaríamos fuera de juego para cuando, como siempre tarde, nos diésemos cuenta. Entonces no importaría el lado del que estábamos, no importaría si habíamos sido buenos o malos. Los juicios sólo se hacen en vida. Lo sabíamos. Fuimos malos. Y tampoco fue para tanto.


lunes, 11 de febrero de 2013

Somos.

El tiempo únicamente existe para que todas las cosas no ocurran a la vez. Hace una función parecida a la del dolor. No podemos prescindir de esa la señal de alarma, es la que nos avisa de que algo va mal. Igual que el tiempo nos limita para avisarnos de que no somos infinitos. Nos salva y a la vez nos condena. Sólo consiste en el arte de saber vivir dentro de los límites. Ni el tiempo vuelve ni nos roba la vida, sólo nos define. Sólo nos condiciona. Sólo nos cambia.


sábado, 9 de febrero de 2013

"No se puede entender la vida hasta que no se entiende la muerte"

Actuamos como si tuviéramos todo el tiempo del mundo por delante. Pero, ¿te ha funcionado eso alguna vez? Yo no lo recuerdo. No hay sexto continente, ni paseos nocturnos porque hace  demasiado frío, ni existe esa última mirada porque nunca se sabe si es el final. Todas son últimas miradas hasta que no se demuestre lo contrario. Todos los segundos son un adiós y parece que no nos damos cuenta de que nosotros nos destruímos más que la misma vida. Llevamos las despedidas grabadas en las palabras. Somos nosotros los que exterminamos la voz. Somos expertos en fumigar nuestros sueños y alejarnos de ellos. Pero también llevamos comienzos en la mirada.


La espina crece pinchando.


Habías sobrevivido, sin saber cómo, a tantos años en sociedad y aún no sabías que lo que no hace ruido al romperse es lo más difícil de reconstruir. Condenamos a quién su mayor crimen ha sido contar la verdad y perdonamos a quién nos ha enturbiado la mente. Así funcionamos, y tú habías conseguido mantenerte al margen hasta ahora. Ignorancia quizá, quién sabe. Hay tanta maldad que nos protege. Sabes que puedes vivir dos veces, que los que no se presentan a los padres nunca son los definitivos, que el miedo gana si le dejas. Y no sabías que lo que se destruye una vez no puede volver a destruirse, los viernes pasarán deprisa sin tu permiso y tendrás que vivir esperando.

El tiempo nos acaba volviendo locos. ¿Se puede apreciar algo que sabes que vas a perder? Malgastas todo tu tiempo en pensar cómo recuperarlo. Y se va. Y ya nunca vuelve.


Todo sigue mientras sigas respirando. Tú sólo concéntrate en eso: respirar.

Increíblemente afortunados y eternamente estúpidos. Esa es la palabra.

Vamos por ahí colonizando países, clavando banderas, marcando territorio. Queremos que lo nuestro sea sólo nuestro y que los demás lo sepan. Somos capaces de todo para demostrarlo. Y cuando digo todo, significa todo.  ¿Y quién colecciona buenas personas?

Nadie las ha marcado en un mapa igual que se señalan con puntos rojos los lugares que quedan por visitar, sin embargo, son lo más difícil de encontrar. Nadie las persigue con cazamariposas por el campo. Nadie vuelve contento a casa porque ha invertido todo lo que tiene en una buena persona. Nadie cree en las buenas personas porque nadie sabe que traen buena suerte, más que cualquier fortuna, que cualquier bandera, que cualquier presa. Hacen falta millones de monedas para ser rico, hacen falta millones de países para ser un gran conquistador,  millones de cigarros para generar un cáncer, pero sólo hace falta una buena persona para hacer una sonrisa. No se cazan, se encuentran por sorpresa, y te cambian desde dentro y desde el primer momento.






viernes, 8 de febrero de 2013

Veintiocho minutos.

La vida hace que nunca tengas que verte en determinada situación y te lleva a ciertas circunstancias que hacen que perdamos miles y cientos de miles de millones de momentos que podrían haber sido nuestros, pero no lo han sido. ¿Por qué? ¿Por qué a unos si y a otros no? Sin embargo valoramos, o mejor dicho, juzgamos a las personas por lo que han hecho. ¿Y lo que harían?
¿No tienes miedo pequeña? No llegarás a conocer a nadie nunca. 


jueves, 31 de enero de 2013

Tanto para el mismo cruel destino.

De los errores no siempre se aprende, pero si algo es seguro es que siempre se pagan. Y quién, deudor o no, no te busca en mí. ¿Seremos de los que se saludan o sólo un par de desconocidos con recuerdos en común?
No hay juicio final ni juez de esta cárcel nuestra, inventada, inquebrantable. ¿Existe si se va?¿duele si vuelve?
Quizá la realidad no sea suficiente. Diría, pero eso sólo lo diría yo, ¿no es preferible la demencia?

miércoles, 16 de enero de 2013

Resonating sound of silence.


La persiana juega y se adueña de las sombras y las luces, paraíso encarcelado de sutileza inerte. Huele a madera mojada. La ventana está entreabierta, justo en la medida en la que deja escapar al aire viejo y entrar al nuevo. Como todos los principios, este también da miedo.

La noche. Nos dormimos justo en el mejor momento... el silencio está muy infravalorado. La vida últimamente también. Putas horas que ya no quieren volver.

sábado, 12 de enero de 2013

Nunca más.

Ya nadie nota un guisante entre las sábanas. Y cada segundo es un todo, todo que se nos escapa, que huye, que mata. Me envenena. Si fuéramos capaces de darlo todo, de vaciarnos, volcarnos enteros. Nunca lo he hecho. Pocos lo han hecho conmigo. Todos tenemos secretos; pero no todos lo sabemos. Y la música me ha tratado tan bien... Me ha querido y yo a ella.

Lo que nos hacía grandes. Eso era. Veneno.

Sólo eso.


Es como si todo estuviera hueco.
Ecos de ecos. Nada.
Apenas unos reflejos.
Fantasmagoría -¿qué pasa?-
o alucinación globalizada.
Y almas llenas de ruidos.