miércoles, 29 de agosto de 2012

No vivía porque no tenía nadie que me lo pidiera.

















Cereales nadando en el vaso de leche y la misma historia repetitiva de siempre.
Baldosas frías, pies descalzos, un seis de espadas, ojos y corazones cerrados.
Otra vez yo hundiéndome en esta oscuridad que ha venido a quedarse, que me pisa los pies y no ha traído equipaje, sólo un infierno superpoblado.
Y yo mientras vivo de las noches, de su ir y venir, nacer y morir. Vivo de los latidos del viento, que se van haciendo cada vez más míos, y los voy poseyendo como a las tormentas de verano. Necesito lluvia que me arrastre, quiero abandonarme.
Hoy no me encuentro, hoy es uno de esos días.

domingo, 26 de agosto de 2012

Quédate a dormir.

Solo pido a cambio una pequeña porción de ti, que te levantes por la mañana y que tus pasos quieran caminar cerca de mi. Que vengan volando a mi ventana tus sueños y que exijan una fianza por si acaso no cumplo con ellos. Eso pido, una pequeña porción de ti, un poco, muy poco por ciento de ti. Una válvula aorta, solo un trozo de corazón que siga latiendo aun despues de muerto en mi bolsillo. No quiero ni pido nada mas, para que cuando yo me vaya, porque un dia me iré, tu sepas que yo solo vine a robarte aire y a llevarme pensamientos, soy ladrona de sentimientos. No pido gran cosa, solo guardarme tu olor en mi cabello y que tu aliento eche de menos mi cuello. Quiero hacerme un hueco en tus pupilas, quiero un refugio entre tus brazos y nunca lagrimas en tus mejillas. Comerme tus dudas y por robar, robarte todos los miedos. Y una vez arrancados todos tus gestos, cuando te haya quitado hasta la voz porque ha decidido abandonarte y quedarse conmigo, me ire lejos y te susurrare al oído, quizá con tu voz que yo ahora me guardo, que si no podemos vernos nos imaginaremos, asi siempre dormirás a mi lado.

viernes, 24 de agosto de 2012

Hasta que la vida nos separe.

Será que ya no me llevo bien conmigo, que me sienta mal trasnochar. Que me dan miedo mis sentimientos o que quizá no me conozco tanto como creía. Quizá sea a ti a quien ya no reconozco. Para qué echarle la culpa al tiempo, si fue nuestra y de nuestro orgullo. Mi felicidad dejó de ser la tuya y poco a poco dejé de protagonizar tu poesía. Es lo que pasa con las mentiras, que se pudren, se agotan, se enfrían y después se congelan. ¿Y luego? Luego se deshacen con los primeros rayos de sol de cientos y muchos más que cientos amaneceres después, se convierten en agua que se pierde con mucha más agua que viene de muchas otras mentiras para que si algún día, sin saberlo, os volvéis a cruzar, ni siquiera os déis cuenta. Así funciona, y si eso pasa, si una tarde de un otoño cualquiera cae una gota de agua sobre ti, resvala en tu muñeca y tú no la sientes, significará que los caminos se separan, y que las mentiras y el dolor, tarde o temprano, duela o no duela, se olvidan.






miércoles, 15 de agosto de 2012

martes, 14 de agosto de 2012

Confesiones.

Confieso que me he imaginado amándote, amándonos. Cada mañana.
Confieso también que nos he imaginado lejos, exageradamente lejos y sonriendo. Queriéndonos, todas las horas del día. Como tú y yo sabemos, sin intermitentes ni montañas rusas. Escalándonos poquito a poco para poder tocar el cielo. Quiero que seamos dos planetas que se orbitan y que no creen en las despedidas, que seamos como un consejo a altas horas de la madrugada.
Confieso que duele cuando estás lejos y que he buscado tus besos, que nunca aparecían debajo de la almohada. Confieso que la distancia es muy puta, y más cuando lo que nos separa son solo unos centímetros. Porque sí, lo confieso, te prefiero cerca, cerca de mis labios.


viernes, 10 de agosto de 2012

Con los pies fríos no se baila bien.

- Creo que no lo entiendes. ¿Sabes distinguir entre el bien y el mal?
- Perfectamente. Pero en realidad se trata de algo más, se trata de elegir.

Se levantó y con ella también lo hicieron sus mariposas y sus demonios, sus inquietudes y todas sus seguridades que muchas veces se convertían en humo que se evaporaba al ritmo de sus suspiros. Esa tarde el cielo lloraba sangre y hacía promesas de lluvia. Y ella, más viciosa que ninguna, se enganchó a trasnochar, a fumar atardeceres y al fuego del infierno. Son mentira todos sus besos y su voz desafiante es de sirena. Y si, quizá se trate de ser valiente y elegir. Pero no se puede elegir cuando no hay alternativa, por eso ella se fue con sus demonios, al infierno o a un piso más abajo, ese mismo atardecer, al caer el sol.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Después se meten en tus sueños.

Los secretos que yo conozco gritan a voces, son secretos que puedes oír aún estando sordo, secretos plasmados en mi semblante, de día y noche y viceversa, de pequeñas heridas, de grandes cicatrices, son puntos y comas de mi pequeña historia, de una vida, la mía, que cobra sentido al cruzarse con otra vida, la tuya.

José Etxailarena.

lunes, 6 de agosto de 2012

Con H de héroe.

Cuando el tiempo pasa aprendes que no todos los héroes llevan capa. Te das cuenta de que a lo mejor ellos también necesitan ser rescatados del abismo de vez en cuando. Y que no siempre tienen súper poderes, o al menos la mayoría de ellos no saben que los tienen. Hay héroes que no saben que son héroes.
¿Dónde esconderías algo que no quieres que nadie encuentre? Pienso que cuanto más a la vista, mejor. Esto es un poco lo que les pasa a los héroes, solo que nadie ha pensado en esconderlos porque han pasado desapercibidos durante mucho tiempo. Quizá demasiado. Pero un día aparecen, porque eso es lo que hacen los héroes (aunque ellos no lo sepan), llegan en el momento más inesperado cuando piensas que todo está perdido y te agarran de la mano. Por eso se han pasado de moda las medias naranjas y los príncipes azules. Y sabes que has encontrado a tu héroe cuando le miras a los ojos y te descose botón a botón el alma.

Dicen que los héroes te salvan la vida. Pero tú no solo me has salvado la vida, tú me has salvado en todos los sentidos en los que se puede salvar a una persona.


domingo, 5 de agosto de 2012

Eagle.
















Ha vuelto a llegar Agosto y sus pájaros de la tarde, sus lunas llenas y sus medias noches vacías. Han vuelto a salir todas las guitarras a los tejados y se vuelve a escuchar recitar poemas en idiomas extranjeros. Agosto es como una mala terminación de julio, una segunda oportunidad para los menos valientes y para las rosas de diciembre. Agosto es la guinda que falta o los centímetros de sobra de un vestido de fiesta. Agosto es una mezcla, es indecisión, por eso ella odia el mes de la transición. En Agosto ella se convierte en águila y vuela lejos, hacia la noche salvaje donde sus alas no se convierten en palabrería ni en objeto de burda poesía. Y a ella le gusta alejarse, crecer todo lo que un día le costó encoger y volver a su origen indómito, ser lo que la naturaleza creó y eligió para ella. Cumplir con su fin y asemejarse lo menos posible con su destino, seguir la línea recta de sus instintos indomables mientras los aullidos de las bestias se convierten en el ulular del viento que provoca su vuelo.


Ella odia Agosto porque es cruel dar solo una gota de agua a un sediento, es cruel regalar libertad si luego va a ser arrebatada. Odia Agosto porque cuando se acaba y llega septiembre pliega sus alas, se hace pequeña y debe volver a encajar en su vida, en sus manías, sus costumbres y el ir y venir de los días.

Aunque tú y yo seguiremos juntos, a pesar de Agosto.

sábado, 4 de agosto de 2012

Recuerdos de un futuro.

Pasamos demasiado tiempo invocando al olvido y algún día tendremos que vivir de los recuerdos.


El tiempo es tiempo, y la vida a veces muerte.

La admisión de un error puede llevar mucho tiempo. Semanas, meses, incluso años. La percepción que se tiene de uno mismo siempre nos intenta convencer de nuestra inocencia. Pero es una inocencia vendida a un precio quizá demasiado barato, casi regalada, porque no vale nada y pronto se desgasta o se consume igual que un cigarrillo en una noche solitaria. Pero siempre se puede enterrar un error. O maquillarlo y disfrazarlo para intentar engañar a nuestro subconsciente, o peor y más atrevido aún, a nuestra conciencia. Y cuando se entierra un error significa que no ha sido asumido ni reconocido, ni siquiera perdonado. Cuando un error se entierra, no solo se está ocultando a los demás si no que también a uno mismo. Y entonces surgen los remordimientos, que siempre han estado ahí pero sólo florecen en determinadas ocasiones, pero cuando lo hacen, te sacuden salpicándote de pasado y de huellas marcadas. La culpabilidad puede mover montañas, y el reconocimiento quizá sólo unos cuantos sentimientos mal sentidos que nunca estuvieron a prueba de balas.

Y así, sin más, cuando la herida aún sangraba, apareciste tú con tu verdad escrita en la frente y esas palabras grabadas a fuego en la boca. Pronunciaste en voz alta lo que yo nunca me había atrevido a pensar, y además lo hiciste sin darte cuenta, mientras en mi se estaba removiendo hasta la última célula por un golpe del pasado y en mi nuca sentía aún el aliento de alguien, quizá un fantasma, que pensaba que ya había olvidado.


Sigo sin entender la diferencia entre volar y caer.