La vida es así. Una oportunidad con la puerta cerrada.
Es el destino al que nunca llegaron las palabras que esperaban.
Lidiar entre lo que sabemos
y lo que ignoramos.
Jugar nuestras cartas, intentar ganar la partida.
Perderla.
(¿a ella?)
Jugar, a veces, con venda.
En lo desconocido, el corazón agarrado.
En la sangre, el miedo.
Protegernos para no salir heridos... y herirnos desde dentro.
Y este
juego, simplemente, consiste en estar mirando cuando aparezca la carta que esperabas.
En no hacer oídos sordos cuando suene nuestra canción. Salir a bailarla, como sea.
Es el juego del tiempo.
Saber, si te pierdes, con quién;
o descubrir
que viajas solo.