Ni tan locos ni tan infelices, nunca hasta entonces. Era felicidad a lo bestia, imparable. Bocados al aire, Era énfasis en palabra, en cada acto irrespetuoso, en cada acto impuro. Robar chaquetas si hace frío. Todo es tuyo, cógelo. Violencia verbal al preguntar sabiendo la respuesta, vida. Vida. Maldita vida que nunca se cansa y que todo lo pierde. Que siempre se enfada, que a veces se siente. Matar flores y sacarlas de sus tiestos. Todo y todos nos acaban abandonando. Pero eso no podía ser la vida, no sólo eso. No un llanto agresivo ni risas a la nada. El dolor de consciencia no se calla ni con la droga de la primavera. Eso queríamos. Cuánto más se destruye más se puede construir, decíamos. Rompimos con todo, nos volvimos de repente locos. Ya pagaríamos, ya pensaríamos en nuestra siguiente vida.
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