Se dejó caer sobre el césped descuidado, que a sus ojos debió de ser un prado de margaritas, y arrancó una de las malas hierbas que predominaban a su alrededor. No tardó en llegarle el turno a otra de ellas que se hallaba en muy desafortunada posición.
Lo contemplé detenidamente. En ese momento, me sentí de igual manera a como se sentiría un científico inspeccionando el último espécimen de Brassica oleracea (o coliflor común, para el resto de los mortales) existente sobre la faz de la tierra; sabiendo que sus ojos bien podrían ser los últimos en contemplar aquel curioso vegetal.
Entonces, el espécimen, pronunció unas palabras casi mudas que logré interpretar como "me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere..." mientras despedazaba una de las malas hierbas que antes había arrebatado a su imaginario césped de margaritas (quién sabe si estaría en condiciones normales para distinguirlo de un césped muerto).
Al escuchar estas palabras lo supe.
Supe que tenía frente a mí una especie en peligro de extinción: el hombre enamorado.
Jajajaja sin duda si estaba enamorado es que padecía de una extraña enfermedad xD ¡pobre hombre!
ResponderEliminarDeberíamos conservarlo en un museo de ciencias olvidadas;)jajaja
EliminarYa, no debe ser fácil padecer una enfermedad tan poco común xD