sábado, 6 de octubre de 2012

Casus belli.

Nos amábamos rápido, lento, suave y ferozmente. Y después de cada beso llegaba esa calma propia del fin de una guerra, ese instante antes del caos, una tregua muy poco perpetua. Eran los segundos que precedían a la muerte respirados por quienes la harían llegar, pero dulcemente. Y otra vez, se encendía la chispa que nos haría arder en un mar de conflictos, y entonces rompíamos la paz y volvíamos a la batalla de explosiones, volvíamos a amarnos rápido, lento, suave y ferozmente, muy ferozmente.


2 comentarios:

¿Por qué no escribes algo? ¿Es que te ha comido la lengua el gato?