viernes, 7 de diciembre de 2012

No era suficiente, la eternidad nunca lo fue.

Arañas, tú animal,
con las uñas ennegrecidas
de carbón,
con tus dedos que escriben
muerte en mis muslos, carnívoros, sedientos,
y la convicción de que 
la luna caería una de estas medianoches
y se abriría de piernas ante tí,
con tus uñas ennegrecidas 
de carbón, de años, cansancio.

Mordías, más que la vida misma,
más que todas las medias verdades 
que pueden ahogarse en las lágrimas,
que la libertad enjaulada,
más incluso que el amor.



1 comentario:

  1. Perfecto. Hambre y sed, aderezados con mordiscos y suciedad. Sabes como atraerme como la abeja a la miel.

    Deliciosamente insuficiente.

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¿Por qué no escribes algo? ¿Es que te ha comido la lengua el gato?