En la juventud son percibidas como promesa de la vida, como felicidad anticipada, infinitas cosas de las que luego el hombre que va envejeciendo se da cuenta, a través del recuerdo, que en verdad los instantes de tal promesa fueron la vida misma.
Adorno T. Mahler.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Por qué no escribes algo? ¿Es que te ha comido la lengua el gato?