jueves, 10 de mayo de 2012

Neumáticos gastados.

Cuando ya no sonríes sin motivos, entreabres un ojo y ya no sueñas despierto, cuando nos conviertes en esto, en ceniza entre tus manos, que se humedece y se vuelve de color negro sucio. Y sobre cada mañana, cuando amanece y nos despertamos siendo seres nocturnos, y la luz entra a través de las persianas dibujando las lineas de carreteras lejanas en nuestras paredes, que nos entran en el alma, y nos hacen daño a los ojos. Las sábanas revueltas y el amor perdido y olvidado entre ellas, como un juguete retirado al baúl de donde no se vuelve. Los mordiscos de la noche anterior y los platos de la cena en el fregadero. El desorden en nuestras vidas, los pensamientos ocultos debajo de la almohada y un te quiero escondido debajo de la cama, junto con los botones rotos de una camisa y el polvo bañando las esquinas. Unas velas apagadas en la mesilla de noche y el humo que tirita haciendo ilusiones fotográficas de momentos capturados. Es entonces, cuando se nos amontona la vida entre los cajones, cuando nos molesta la luz del día y nos alimentamos chupándonos la sangre.














Es entonces cuando tengo miedo.

2 comentarios:

¿Por qué no escribes algo? ¿Es que te ha comido la lengua el gato?