- Creo que no lo entiendes. ¿Sabes distinguir entre el bien y el mal?
- Perfectamente. Pero en realidad se trata de algo más, se trata de elegir.
Se levantó y con ella también lo hicieron sus mariposas y sus demonios, sus inquietudes y todas sus seguridades que muchas veces se convertían en humo que se evaporaba al ritmo de sus suspiros. Esa tarde el cielo lloraba sangre y hacía promesas de lluvia. Y ella, más viciosa que ninguna, se enganchó a trasnochar, a fumar atardeceres y al fuego del infierno. Son mentira todos sus besos y su voz desafiante es de sirena. Y si, quizá se trate de ser valiente y elegir. Pero no se puede elegir cuando no hay alternativa, por eso ella se fue con sus demonios, al infierno o a un piso más abajo, ese mismo atardecer, al caer el sol.
(me encanta que se fuese, no sé por qué, me suena a rebeldía, aunque no tuviese alterrnativa.)
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