domingo, 5 de agosto de 2012

Eagle.
















Ha vuelto a llegar Agosto y sus pájaros de la tarde, sus lunas llenas y sus medias noches vacías. Han vuelto a salir todas las guitarras a los tejados y se vuelve a escuchar recitar poemas en idiomas extranjeros. Agosto es como una mala terminación de julio, una segunda oportunidad para los menos valientes y para las rosas de diciembre. Agosto es la guinda que falta o los centímetros de sobra de un vestido de fiesta. Agosto es una mezcla, es indecisión, por eso ella odia el mes de la transición. En Agosto ella se convierte en águila y vuela lejos, hacia la noche salvaje donde sus alas no se convierten en palabrería ni en objeto de burda poesía. Y a ella le gusta alejarse, crecer todo lo que un día le costó encoger y volver a su origen indómito, ser lo que la naturaleza creó y eligió para ella. Cumplir con su fin y asemejarse lo menos posible con su destino, seguir la línea recta de sus instintos indomables mientras los aullidos de las bestias se convierten en el ulular del viento que provoca su vuelo.


Ella odia Agosto porque es cruel dar solo una gota de agua a un sediento, es cruel regalar libertad si luego va a ser arrebatada. Odia Agosto porque cuando se acaba y llega septiembre pliega sus alas, se hace pequeña y debe volver a encajar en su vida, en sus manías, sus costumbres y el ir y venir de los días.

Aunque tú y yo seguiremos juntos, a pesar de Agosto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Por qué no escribes algo? ¿Es que te ha comido la lengua el gato?