viernes, 24 de agosto de 2012

Hasta que la vida nos separe.

Será que ya no me llevo bien conmigo, que me sienta mal trasnochar. Que me dan miedo mis sentimientos o que quizá no me conozco tanto como creía. Quizá sea a ti a quien ya no reconozco. Para qué echarle la culpa al tiempo, si fue nuestra y de nuestro orgullo. Mi felicidad dejó de ser la tuya y poco a poco dejé de protagonizar tu poesía. Es lo que pasa con las mentiras, que se pudren, se agotan, se enfrían y después se congelan. ¿Y luego? Luego se deshacen con los primeros rayos de sol de cientos y muchos más que cientos amaneceres después, se convierten en agua que se pierde con mucha más agua que viene de muchas otras mentiras para que si algún día, sin saberlo, os volvéis a cruzar, ni siquiera os déis cuenta. Así funciona, y si eso pasa, si una tarde de un otoño cualquiera cae una gota de agua sobre ti, resvala en tu muñeca y tú no la sientes, significará que los caminos se separan, y que las mentiras y el dolor, tarde o temprano, duela o no duela, se olvidan.






4 comentarios:

  1. Cuando comienza una relación, se pone en marcha el reloj que marca la cuenta atrás.
    Si, puede que tengas razón.

    ResponderEliminar
  2. Todo empieza y todo acaba, pero ahí está la belleza de la vida, en que tiene un final. Eso lo cambia todo, nos cambia a todos. Pero siempre podemos aprender a detener el tiempo.
    ¡Gracias por pasarte!(:

    ResponderEliminar
  3. no todo puede ser mentira.
    no sé, siempre pienso eso. algo tiene que haber de cierto en todo esto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Claro que no. Siempre hay algo de verdad escondida, o quizá demasiado a la vista. Pero lo evidente pasa desapercibido cuando se nos enturbia el alma.
      Me caes bien, me gusta tu optimismo. Siempre viene bien que lo dejes caer por aquí :D

      Eliminar

¿Por qué no escribes algo? ¿Es que te ha comido la lengua el gato?