martes, 27 de marzo de 2012

Las flores han emigrado.

Ahora duermo con la luz apagada. Puede que haya echo un pacto con esos mounstruos de los que te hablé. ¿Te acuerdas? Esos que tanto miedo me daban y hacían que me tapase hasta los ojos. Los que hacían que solo pudiera dormir si era entre tus brazos, respirando tu aire. Pero ahora que te has ido ellos han vuelto para ocupar tu lugar. No son tan malos como pensaba. Puede que la soledad los haya trastornado, pero aprecian mi compañía más de lo que tú lo hacías. Me susurran cosas sobre tí. Siempre lo hacen al oído, su proximidad a veces me asusta. Me han dicho que ya no recuerdas el sonido de mi voz ni el de mi piano. Que se te ha olvidado la canción que te enseñé ese día cuando las flores emigraron. Luego te metías entre mis sábanas. Nuestras sábanas, mojadas de amor. Suelen contarme esta clase de historias. Hacen que te odie. Quizá lo necesite más que nunca. Una noche quise preguntarles si habían necesitado odiar a alguien con todas sus fuerzas alguna vez. Pero ellos solo tienen palabras para borrar tu rostro y tu olor de entre mi ropa. Para borrarme tu sonrisa y desfigurarme la vida.

Me pregunto si tú también tendrás mounstruos debajo de la cama. Ellos me han dicho que los tuyos son muy diferentes. ¿Te susurrarán cosas al oído al ponerse el sol? ¿Te dejarán respirarme? ¿O te esconderás de ellos cada noche? Me pregunto si todavía seguimos mirando al mismo cielo o es que te has desvanecido entre mis ruinosos recuerdos. Ellos no me lo quieren decir. Parecen saberlo todo.

Él apagó la luz, y se tapó con sus sábanas limpias que olían a detergente. Ella no tardó en imitarlo, solo que más lejos y en una habitación muy diferente, con mounstruos muy diferentes. La oscuridad no tardó en llenarse de voces susurrantes para ella. Le hablaron durante toda la noche y le contaron que estar con él era eso. Abrir la puerta y encontrártelo con una rosa en la mano y un perdón en la boca.


Él se abandonó al sueño y cerró los ojos. Ella no pudo dormir.

3 comentarios:

  1. "Dejamos de buscar los monstruos debajo de la cama cuando nos dimos cuenta de que estaban dentro nuestra"

    Sin duda, estos nuevos monstruos son tan peludos, no tienen cuernos, ni colmillos, ni viven en el armario....pero dan mucho más miedo. Y no desaparecen si te escondes debajo de la sábana.

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    1. Ni al amanecer. Estos nuevos mounstruos no se asustan de la luz del día. Estos se quedan contigo para acompañarte vayas donde vayas. Y por el día no tienes más remedio que hundirte en tu jersey, y preguntarte a qué temeran estos mounstruos. Luego te das cuenta de que desaparecen tan rápido como el polvo de hadas de Peter, sólo hay que pronunciar las palabras mágicas: "Los mounstruos no existen".

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    2. Si no los dejas existir, claro.

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