miércoles, 23 de noviembre de 2016

Y ponerle sangre al grito.

Y mientras el caos se apodera de nosotros, dejamos que ese huracán de fuego sea el que nos mece en un dulce movimiento estrambótico que misteriosamente nos calma. Será por el mareo. Durmamos ahora. Sorprendámonos intentando huir un minuto más del tiempo. Neguémoslo todo. 

De repente nos contemplamos a nosotros mismos contándonos historias de cómo hubiera sido. Y cuanto más ruido, menos escuchas. Cuanto más fuerte golpea el aire, menos duele. Más insensibles. Más cobardes. Porque cuanto más arde, más olvidas. Quemémoslo todo para no tener que vivir de frente a aquello a lo que pusimos un "no" como título. Que arda todo, porque nos hemos equivocado. Porque elegimos un camino y seguimos con un pie en el que abandonamos.

Y yo sólo puedo imaginarte durmiendo mientras caes. Cada vez a más velocidad. Pero no despiertas. Sigues y sigues con tu camino hacia abajo. Con tu descenso a la nada. A la ausencia de nosotros. A enfrentarnos a que a alguno de los dos esto nos guste. 
Arriesgarme a estar mejor sin ti


No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Por qué no escribes algo? ¿Es que te ha comido la lengua el gato?