sábado, 7 de abril de 2012

Joven, salvaje y libre.

Deja de ser educada y empieza a ser tú. Deja esa risita nerviosa y ridícula que entonas al final de cada frase. No necesitas reafirmarte. Sabes que no te gusta hablar de tus sentimientos y que te cambia la voz si lo haces. No tiene por qué sonar más inocente. No tiene por qué sonar a duda. Sé lo suficientemente valiente para afirmarlo. Ya has sido la más fuerte porque te necesitaban. Sé fuerte ahora para ti. Reconoce que te encanta tachar todas esas cosas por hacer de esa estúpida lista que aún no has tenido casi oportunidad de cumplir. Constrúyete rígida para que no te puedan derrumbar. Sonriente para que al menos quede una dirección. Acogedora con el alma. Débil en la intimidad, y acosadora con la mirada. Pero no te construyas de un "algún día pasará". Hazlo con hechos. No escondas tus palabras en el bolsillo trasero de los vaqueros arrepintiéndote y pensando en todas esas cosas que ojalá hubieras dicho en el momento oportuno. No tengas razón solo para ti, tenla para todos. Sáltate un semáforo y sácale el dedo al taxista de atrás, se lo merece. Coge un megáfono y grita que tus calcetines cambian de color.


Y si no, tírate por un puente y desaparece de una vez, será mejor.


1 comentario:

  1. Acabo de encontrar esto de pura casualidad buscando frases celebres y me he entretenido a leerlo.
    Me ha encantado. Y la verdad es que me he quedado sin adjetivos para calificarlo...

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¿Por qué no escribes algo? ¿Es que te ha comido la lengua el gato?