lunes, 28 de noviembre de 2016

Atrapados en un plano a contraluz

Déjame que dude de tus palabras sostenidas entre los suspiros de una noche en la que hemos sacado a pasear nuestras almas, noches en las que arañan chirriantes las sombras y arrancan con fuerza las primeras hojas de lo que será un largo otoño. Noches que nos hacen descubrirnos bajo el fino manto de luz de luna que envuelve tímidamente las calles y los corazones. Son noches de pánico, noches que nos muestran abiertos en canal ante el mundo, que liberan los más oscuros secretos desencadenándonos al menos por un rato de ellos. Dejándonos respirar de lo que no es nuestro. Noches tan silenciosas como insinuantes... por las que solo quienes conocen el ruido de un corazón al romperse pueden verse envueltos.

Déjame que dude de todo aquello que unas manos vacías prometían. Que dude de lo efímero, de los esclavos de un sueño, de lo que acaba inesperadamente, las despedidas. De las heridas que cierran demasiado rápido. El desorden que protagoniza una vida, el azar de un encuentro y el silencio ensordecedor de un desencuentro. 

Déjame que dude de quien espera a que la corriente lo recoja y ponga a salvo. De quien no ama lo que no entiende.  De quien no ha visto una vida alejarse de la suya, y se ha quedado contemplando la escena con las palabras atragantadas en los huesos, un adiós no pronunciado, un dolor ardiente y obligado. De quien no ha perdido nunca nada. De quien jamás se atrevió a encontrarlo.

Déjame que dude. Déjame hacerlo, porque quizá nada de esto sea real.

2 comentarios:

  1. .....noches en las que arañan chirriantes las sombras.....ufff, esto suena muy bien.

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    1. Esperemos que no nos arañen mucho tiempo más. O que por lo menos nos guste. Muchas gracias por pasarte! :)

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