domingo, 22 de enero de 2012

De monstruos y sonrisas forzadas.

La comida china siempre ha sido mi favorita. Como un viaje del paladar, pero hoy sabe a comida normal, de la de siempre. Incluso más rancia, más aburrida, más rutina. Será la compañía. Ya no es la de siempre, por lo menos solo lo es en cuerpo, y de eso aún no estoy segura. Te sientas delante mía y te miro a los ojos. Ya no son los de siempre, sólo en cuerpo, de esto si estoy segura. No te molestas, vas directa al grano, y lo sueltas. Plas. Hay se queda, para siempre. Para el resto de nuestras vidas. Porque tu mirada melancólica ya la tenía hace mucho, pero ahora colecciono palabras de crueldad. La distancia más grande es la que hay entre dos personas, y la mesa parece cobrarse todos esos metros que nos han separado. Se va haciendo más y más larga, y ya no nos escuchamos cuando hablamos. A veces chillamos. Me levanto, me ruegas que me quede. Es masoquismo, pero por alguna extraña razón vuelvo a sentarme en la silla. Dices que te vas a vomitar. Te miro mientras te alejas y ya no andas igual. No, pienso que no te quiero. No lo siento. Me creo un monstruo, pero no me engaño. Soy un monstruo que se dice la verdad a sí mismo. Pero cuando vuelves te repito esas palabras que antes si tenían un significado para mí.
-Te quiero mucho. No quiero que nos separemos-y la segunda parte es verdad, me siento menos monstruo y más humana. Finjo una falsa sonrisa que incluso me hace daño.
Me miras a los ojos y siento ternura, creo que puedo ver un atisbo de lo que eras, por un segundo recuperas la voz que antes tenías. Quizá no todo este perdido, pero te devuelvo la mirada. Te la devuelvo y ya no eres tan maravillosa. Ya no eres la que venía a rescatarme del lobo, ni la que encendía la luz del pasillo cuando la oscuridad se me tragaba. Te la has debido de comer, como los tres platos del chino, que han acabado en el váter.

5 comentarios:

  1. pufff.... que feo cuando miras a alguien que conoces por años y no los podes reconocer... sin saber en que momento se alejaron tanto, cambiaron tanto....

    me conecto mucho con esta historia... :o)

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  2. Peor cuando lo conoces de toda la vida, y peor cuando son los dos los que cambian. Ya es difícil cuando solo lo hace uno, todavía mas cuando cambian las dos personas.
    Yo tambien me identifico, aunque sea trágica jaja(: un beso!

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  3. Te pasas la vida junto a alguien, te acostumbras a su cara, a su voz, a sus ojos, a su manera de ser. Pero un día lo miras a la cara y te parece todo extraño, como si fuera un desconocido nunca te habías fijado en el vultito de su nariz, en sus largas pestañas o en que su crueldad/dulzura/egoismo (por decir algo) sobrepasa la normalidad cuando tu lo veías de lo más normal.
    Me ha encantado tu blog, te sigo :)

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  4. Me ha encantado la entrada y el blog tambien,te sigo:)

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  5. Una no puede acostumbrarse a nada, todo acaba tarde o temprano.
    Gracias a las dos(:

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