jueves, 16 de febrero de 2012

Las pirelli en el telediario.

(Sí, es de hace un tiempo. Lo he encontrado rebuscando por casa, en una revista de esas que a veces vienen con el periódico, y no he tenido otra opción que ponerlo. Me parece un llamamiento a la cordura y a la igualdad, que en pleno siglo XXI, andan escasos. No estoy especialmente interesada en un calendario para mujeres, pero si en el respeto) 


Los anuales desnudos femeninos del calendario Pirelli constituyen la noticia más vieja del mundo, de tan repetida, tan previsible, tan aburrida. Y, sin embargo, han conseguido sorprenderme de nuevo, y no precisamente por su contenido, sino por el increíble interés mediático suscitado por la presentación del calendario 2012. Junto a la crisis económica, las bombas de Afganistán o la represión en Siria, ahí estaban las chicas desnudas del Pirelli en una buena parte de los telediarios nacionales. Como noticia relevante, que es como poner el culo de Ashton Kutcher después del último discurso de Obama a la nación. Al mismo nivel, el presidente y el culo. El primero, por su aportación a la política americana, el segundo, por su contribución a la belleza americana. ¿Lógico y natural? ¿No?

Pues algo así, lo lógico y natural de la mezcla del Pirelli con lo demás, nos argumentaba la parte masculina de una cena a mi amiga Mercedes y a mí, cuando coincidimos hace unos días en la idea de que no habrá igualdad femenina hasta que el calendario Pirelli deje de ser noticia relevante de los telediarios. Y nuestro debate no era moral. Nadie se escandalizaba por los desnudos en sí mismos, sino por su oportunidad en determinados contextos. Según los hombres, los desnudos del Pirelli eran noticia de telediario por su calidad artística. Y, según nosotras, la calidad artística de los chicos desnudos del calendario Les Dieux du Stade, por ejemplo, es bastante mayor, y, sin embargo, no son noticia.

Tampoco el culo de Ashton Kutcher, por supuesto. No hay peligro de la que la autoridad y solemnidad de Obama sean relativizadas por la presencia de un culo masculino. Y, sin embargo, la autoridad de las mujeres es relativizada una y otra vez por la presencia de los desnudos femeninos. Ellos, comandando el mundo. Ellas, luciendo como objetos eróticos. Cada uno y cada una a lo suyo, en ese resumen de la vida que son los informativos. Y no se trata de eliminar la frivolidad de los telediarios, sino de que el mundo sea relatado con ojos femeninos tanto como con los masculinos. Y que, puestos a admirar el arte del desnudo, los minutos se repartan entre las Pirelli y los Dioses del Estadio, esos deportistas franceses en los que nosotras encontramos una realización de la excelencia artística mucho más acababa que en los cuerpos Pirelli.

Lo que ocurre es que los telediarios y el mundo siguen presididos por la moral sexual que exhalaba el chiste sobre el político y la dama contado por el presidente chileno Sebastián Piñera hace días: “Cuando un político dice que “sí”, quiere decir “tal vez”; cuando dice “tal vez”, quiere decir “no”, y, cuando dice que“no”, es que no es un político. Cuando una dama dice que “no”, quiere decir “tal vez”; cuando dice “tal vez”, quiere decir “sí”, y, cuando dice que “sí”, es que no es una dama”. Y por eso nos ponen el Pirelli y no a los Dioses del Estadio, para que nosotras sigamos siendo unas “damas”, y ellos, lo que les dé la gana.

P. D.: El Pirelli 2011, de Karl Lagerfeld, incluyó por primera vez algunos desnudos masculinos. Para preservar nuestra condición de damas, se dio a entender que eran para el público homosexual. Este año hemos vuelto al orden natural de las cosas, no vaya a ser que nosotras nos confundamos.  
 


                                                                                                                                 Edurne Uriarte.




                                                                                                            

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